Inteligencia erótica hace referencia a la capacidad de vivir la sexualidad en plenitud.

Más allá de si disfrutas en la cama, si tienes uno o varios orgasmos, lo que te pregunto es: ¿realmente te sientes satisfecha con tu vida sexual?

Quizá tu pareja y tú os queréis mucho, lleváis años juntos y estáis bien, pero el deseo brilla por su ausencia.

Tal vez hacer el amor se haya convertido en una tarea semanal (o mensual) más, una obligación que te pesa, e incluso hayas llegado a pensar que en tu relación podrías prescindir del sexo. Es una carga mental más, un elemento en tu lista de “pendientes”, y tampoco te llama demasiado la atención porque cuando se alinean los astros y conseguís tener un encuentro sexual, sientes que tampoco ha sido para tirar cohetes. Vamos, que sientes que podrías haber dedicado ese tiempo a dormir o a cualquier otra actividad más estimulante.

¿Te ha pasado alguna vez?

Disney y Hollywood se han encargado de hacernos creer que buen amor = buen sexo.

Que donde hay amor, hay deseo. Y donde hay deseo, hay sexo con fuegos artificiales.

Sin embargo, van pasando los años junto a tu pareja y descubres que el deseo ha ido disminuyendo. Los polvos estelares y espontáneos que te dejaban sin aliento y con la piel en llamas han sido reemplazados por encuentros sexuales de dudosa calidad y orgasmos mediocres que apenas consiguen arrancarte un gemido.

Eso sucede, sí. Y no solo te pasa a ti.
Es natural que eso pase, porque como asegura Esther Perel, “el amor es el mayor antiafrodisíaco que existe”.

¿Cómo avivar el deseo?

Sé que te cuesta creerlo, pero que el sexo deje de ser una mera obligación para convertirse en un momento lúdico, deseado y nutritivo es posible.
En realidad, ¡el sexo es un juego! Y qué poco nos permitimos jugar…

¿Cómo podemos conseguirlo?
Potenciando nuestro nivel de inteligencia erótica.

Esto implica:

  • Tener información científica rigurosa sobre la sexualidad humana, es decir, descubrir y superar los mitos sobre el sexo que están enraizados en nuestra cultura (pronto escribiré un artículo sobre todas las mentiras acerca del sexo que nos han y nos hemos contado).
  • Conocer qué te excita, qué te bloquea, qué te atrae… Conocer tu propia pauta de deseos, necesidades, preferencias, temores e incluso traumas, que condicionan tu comportamiento sexual.
  • Desarrollar habilidades emocionales como la comunicación y la asertividad para compartirte con el otro.

 

Vivir la sexualidad realmente en plenitud y explotar el inmenso potencial que tiene el sexo en pareja es un regalo a tu alcance.

Puedes disfrutar en mayúsculas y sentir tu cuerpo vibrar de nuevo.

Porque el buen sexo no solo surge; también se aprende.